viernes, 21 de junio de 2013

MÁS ALLÁ DE LA "QUINTA DIMENSIÓN"

La profesora Lisa Randall, una física teórica de Harvard, dijo que durante uno de sus experimentos de fisión nuclear encontró, para su sorpresa, que de repente algunas partículas desaparecieron. Ella supuso con audacia que estas partículas desaparecieron sin dejar rastro porque entraron espontáneamente en una "quinta dimensión" invisible para los humanos.

En las últimas décadas, en el mundo de la física se ha aceptado ampliamente que, además de las cuatro dimensiones (tres dimensiones direccionales más el tiempo) que los seres humanos perciben, hay dimensiones o espacios adicionales. El descubrimiento de la energía oscura y la materia oscura fue un duro golpe para el mundo de la ciencia, ya que no se puede ofrecer ninguna explicación a esto. Así pues, muchos físicos creen que hay numerosos universos, así como dimensiones múltiples.

A diferencia de la teoría de cuerdas , la "quinta dimensión" adicional propuesta por la profesora Randall podría ser infinitamente extensa. Además, ella sugirió un método para probar la existencia de la dimensión adicional, aunque fuera bastante caro hacerlo. Actualmente la Organización Europea para la Investigación Nuclear construye el acelerador de partículas más grande del mundo a más de 90 metros de profundidad en un área a lo largo de la frontera entre Suiza y Francia. Esto costará más de tres mil millones de euros. Si algunas partículas desaparecieran durante los experimentos, se demostraría que éstas han entrado en una "quinta dimensión" invisible para el hombre.

Si una quinta dimensión u otras dimensiones existen realmente, esto proveería al hombre de una nueva visión, de un entendimiento drásticamente diferente del universo, el espacio-tiempo, y la vida. Por ejemplo, puede haber materia, energía, o incluso vida en otras dimensiones, y las sustancias de nuestro mundo tridimensional podrían entrar repentinamente en otras dimensiones.

A la inversa, es posible que las sustancias, la energía, y la vida de otras dimensiones puedan aparecer súbitamente en nuestra dimensión. También existen interrogantes alrededor de la existencia de espíritus y temas similares que dependen de la existencia de otra dimensión. Si se probara la existencia de otras dimensiones, ello seguramente proporcionaría pistas sólidas para contestar tales preguntas.

Puede ser difícil de creer que un tema en el que la ciencia occidental gasta asombrosas cantidades de dinero, no es ningún misterio para la antigua civilización china. Desde tiempos antiguos, la comunidad de cultivación en China siempre fue capaz de entender claramente las otras dimensiones, y un buen cultivador incluso es capaz de entrar en otras dimensiones.

Algunas personas podrían cuestionar: “la ciencia occidental ha invertido tantos recursos en ello y todavía no ha probado la existencia de otras dimensiones, pero la antigua China no tenía ninguna de nuestras modernas tecnologías. ¿Cómo podría haber explorado otras dimensiones?" Entonces la gente simplemente no lo cree, porque no tiene un entendimiento claro de la antigua China ni de por qué la antigua civilización china fue tan avanzada. ¿De qué modo era avanzada?

Si el camino que se toma es correcto, explorar los misterios del universo, otras dimensiones, y la vida, no requiere los instrumentos sofisticados de la ciencia moderna. Si el camino es erróneo, no importa cuán sofisticados puedan ser los instrumentos, el universo y la vida permanecerán siempre como un enigma. La comunidad de cultivación en China comprendió hace mucho tiempo que las otras dimensiones pueden aparecer en este mundo. Los espejismos, para algunos, son un reflejo de escenas de otras dimensiones en nuestro mundo.

Por Yi Fu – Clear Wisdom

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lunes, 17 de junio de 2013

DESCUBREN QUE EL BLOQUEO DE UNA PROTEINA FRENA EL AVANCE DEL CANCER

Un grupo de científicos del Conicet trabaja con un anticuerpo que permitiría eliminar la forma que tiene de crecer y alimentarse un tumor. Sostienen que es la proteína que le da el triunfo sobre el sistema inmune.
Por estos días, el cáncer ha perdido en parte la connotación negativa que lo identificaba directamente como una enfermedad terminal. Los avances científicos permiten darle batalla, sin embargo, sigue en pie el desafío de poder derrotarlo por completo. 

Un grupo de científicos del Conicet en Buenos Aires ha dado los que pueden sugerirse como los primeros pasos en este sentido. Identificaron una proteína que está directamente vinculada al desarrollo de los tumores y que en cierto modo le garantizan su triunfo sobre el sistema inmune. El descubrimiento abre las puertas para bloquear su desarrollo.

El grupo de 20 investigadores, liderado por el bioquímico Gabriel Rabinovich, investigador principal en el Instituto de Biología y Medicina Experimental (Ibyme, Conicet-Fibyme), concluyó que en la mayoría de los cánceres las células tumorales producen cerca de diez veces los niveles normales de Galectina-1 (Gal-1) y usan esta proteína para expandirse, hacer metástasis y evitar que el organismo las elimine al contrarrestar la respuesta inmunológica. A partir de esto desarrollaron anticuerpos que 'neutralizan' a Gal-1 lo que permitiría frenar el avance del tumor.

Este equipo de biólogos, bioquímicos y químicos ha invertido muchos años para llegar a esta instancia en que si bien aún se encuentra en etapa experimental, se está en condiciones de poder pasar a pruebas en humanos. Queda mucho camino por recorrer pero cuando esto se concrete podrá tratarse la mayoría de este tipo de patologías con terapias combinadas de las actuales con esta nueva alternativa. 

Impide la metástasis

Los resultados obtenidos alcanzaron repercusión internacional a partir de su publicación en reconocidas revistas especializadas como The Journal of Experimental Medicine, Cáncer Cell y Nature Immunology mientras que dos trabajos fueron portada de la revista Cáncer Research. 

La Gal-1 es una proteína que se encuentra naturalmente en el organismo pero cuando aparece un tumor éste la elabora elevando los niveles normales. En definitiva, no es que esta proteína provoque el cáncer pero sí facilita su avance. Lo que hace es unirse a las moléculas de azúcar dentro de las células blanco para de esta manera inhibir a los linfocitos encargados de defender al organismo del ataque y a partir de esto, la enfermedad tiene vía libre.
 
Con este mecanismo a su favor, enfrentado el tumor con los linfocitos, el primero gana la batalla, además esto le permite crear nuevos vasos sanguíneos (angiogénesis) para abastecerse de los nutrientes y oxígeno que demanda su proliferación. Son justamente éstos los que le permiten ingresar al torrente circulatorio y trasladarse a otros órganos para la metástasis, que es la propagación del cáncer fuera del lugar donde se originó. . 

La bióloga, Mariana Salatino, una de las vicedirectoras del laboratorio que participó señaló que "es la metástasis lo que termina matando al paciente". Explicó que lo que han logrado es "una herramienta terapéutica, el anticuerpo monoclonal, que reconoce y neutraliza los efectos de la Galectina-1".
 
En los estudios en ratones, han observado que esto permitió disminuir el tamaño del tumor, la vascularización y el número de metástasis. En estos animales se ha probado la técnica en casos de melanomas (piel), cáncer de mama y sarcoma de Kaposi que es un tumor superficial muy vascularizado asociado a inmunosupresiones grandes. 

Detección precoz

Otro de los beneficios que podría conllevar el descubrimiento es detectar un tumor incipiente. Al registrarse un nivel elevado de esta proteína podría suponerse su presencia antes de que manifieste síntomas. "Es lo que se llama marcador tumoral", señaló Salatino; a partir de esto se podría realizar un tratamiento precoz para evitar el desarrollo. Para lograr esta determinación, la investigadora explicó que están desarrollando una técnica de Elisa que permitiría la determinación a través de un análisis de sangre. 

El logro se enmarca en la mayor relevancia que han adquirido el último tiempo estudios en glicobiología, que aborda la estructura y función de los azúcares, sus proteínas de unión y su relación con el desarrollo de enfermedades. 

"Si logramos comprender la información codificada por los azúcares de superficie en células tumorales, y cómo las galectinas interpretan esos mensajes, podríamos bloquear estas interacciones en procesos asociados a la progresión tumoral como el escape del sistema inmune, formación de nuevos vasos sanguíneos y la diseminación de metástasis", explica Silvio Gutkind, jefe del departamento Cáncer Oral y Faríngeo del Instituto Nacional de Salud (NIH) de Estados Unidos, citado en un documento del Conicet. 

Resta ahora "licenciar el anticuerpo, que una (empresa) farmacéutica evalúe la aplicación y se haga cargo de la "humanización del anticuerpo", concluyó la bióloga. Esto es asó porque debe adaptarse para el organismo humano.

Verónica De Vita


http://www.losandes.com.ar/notas/2013/6/17/descubren-bloqueo-proteina-frena-avance-cancer-721222.asp

viernes, 7 de junio de 2013

DORADO DE LA CARNE

Cuando pensamos en un rico asado, nos imaginamos el aroma de las brasas y de la carne cocinándose. El dorado maravilloso que se produce al asar carne, y que genera aromas y nuevas sensaciones en la boca, es la consecuencia de reacciones químicas que tienen lugar en determinadas condiciones.

El resultado es tan llamativo que ha dado origen a uno de los mitos más difundidos y a la vez más erróneos de la cocina. Ese mito sostiene que para obtener una carne jugosa se debe dorarla, acción que sella sus poros y retiene el jugo en su interior.

Sin embargo, los músculos no tienen poros. Y si pesamos una carne sellada y otra sin sellar, ambas cocinadas hasta el mismo punto, constataremos que las dos perdieron la misma cantidad de líquido, porque tienen igual peso. Pero al probarlas advertimos claramente que la carne sellada nos parece más jugosa.

¿Qué pasó? ¿Por qué, a pesar de todo, percibimos que la carne dorada o sellada resulta más jugosa?

La ciencia en la cocina: un poco de química ayuda a entender los cambios que tienen lugar en los alimentos que cocinamos.

¿De qué se trata? ¿Qué es la carne?

Los cambios de textura, sabor, jugosidad y otros que advertimos al cocinar una carne se deben en esencia a las modificaciones que experimentan sus distintas proteínas, y a que varía el contenido de agua por efecto del calor. Para comprender cómo, a la hora de la cocción, todos esos factores juegan en el resultado final es necesario considerar la composición de la carne.

La carne de los animales que consumimos proviene de los músculos de estos, que a su vez se componen de haces de fibras musculares, tejido conectivo y tejido adiposo. La proporción de cada uno de estos tejidos cambia según la especie y raza del animal, su edad, la función del músculo y la forma de crianza. La tarea de los músculos es ejecutar los movimientos del cuerpo: se contraen y relajan según el movimiento a realizar, algo que cumplen las fibras musculares, cuyo trabajo conjunto contrae el músculo completo.

Los cambios que se producen durante la cocción de una carne se deben principalmente a los que sufren las proteínas del tejido muscular. Este está formado por muchas proteínas diferentes, cada una de las cuales se verá afectada de manera distinta por efecto del calor. El resultado final, entonces, dependerá de la suma de los efectos sobre cada proteína.

A medida que aumenta la temperatura a la que se lleva un corte de carne, cambia su textura, color y contenido de agua. Sus proteínas se desnaturalizan a distintas temperaturas. Para poder entender los cambios que van ocurriendo durante la cocción, imaginemos la célula muscular como un globo alargado que contiene unas esponjas mojadas formadas por proteínas.

Al comienzo, hasta los 40ºC no se advierten cambios. Pasado ese umbral, las proteínas (nuestra esponja) se van desnaturalizando y soltando el agua que tenían atrapada.

Es justamente por la naturaleza diferente de esas proteínas que existe un abanico de puntos de cocción, desde el jugoso o sangrante (45-50ºC) al muy cocido (arriba de los 70ºC). Durante la cocción la carne va perdiendo agua y, por lo tanto, se pone cada vez más seca. Si el trozo de carne tiene mucho tejido conectivo, será dura, pero si la cocinamos durante bastante tiempo el colágeno, que es la proteína principal de ese tejido, se convierte en gelatina. Es así como con una cocción prolongada el osobuco se deshace en la boca.


http://www.cienciahoy.org.ar/hoy130/doradocarne.pdf