miércoles, 16 de noviembre de 2016

EL COSMOS EN LA PALMA DE LA MANO

¿Cómo hacer que un lector, con una mínima formación, pueda entender los fundamentos del cosmos sin experimentar vértigo? Ésa fue la pregunta que se planteó Manuel Lozano Leyva al escribir su nuevo libro, El cosmos en la palma de la mano. Sirviéndose de sus muchos años de experiencia en el Departamento de Física Atómica, Molecular y Nuclear de la Universidad de Sevilla, nos da una visión sencilla del Universo que nos rodea.
-¿Qué le diría a alguien para hacerle despertar interés por el espacio?
-Por el espacio y por el tiempo, en definitiva por la Naturaleza, la cual no se limita a la Tierra sino a todo el Universo. El consejo que le daría a cualquier persona para suscitar ese interés es que contemple una noche despejada en alta mar, en un desierto o en una montaña lejos de la contaminación luminosa de las ciudades. Se sobrecogerá y sentirá curiosidad.
-¿Al final el universo se reduce a las matemáticas?
-Ortega y Gasset dijo que las matemáticas están ahí y sólo tenemos que descubrirlas. Como la Naturaleza, añado yo. En este sentido se puede entender que las matemáticas nos ofrezcan la mejor herramienta para comprender el Universo.
-¿Qué le pregunta a las estrellas?
-¿Qué diablos hacéis ahí? Una galaxia normalita, como nuestra Vía Láctea, es un conjunto de dos centenares de miles de millones de estrella. El Universo está formado por millones de ellas. ¿Cuántas tienen planetas habitables? ¿En cuántas de ellas la vida ha evolucionado hacia la inteligencia? La física nos dice que es del todo improbable que entremos en contacto con otras formas de vida. ¿No es una pena?
-¿Todo y todos procedemos de la oscuridad galáctica?
-Los elementos esenciales de los que estamos hechos, por ejemplo el carbono, se han sintetizado en el corazón de una estrella gigante en su fase agónica. Cuando finalmente muere, el último estertor es una explosión formidable llamada supernova que expulsa toda la riqueza material que la estrella ha cocinado en su interior. Las nubes formadas vagan por el espacio interestelar y pueden llegar a formar una estrella, como nuestro Sol, en la que ya están esos elementos complejos. De dicha estrella se pueden desgajar planetas que con el tiempo harán evolucionar químicamente esos elementos hasta que, casi milagrosamente, lleguen a dar sistemas vivos. Así, efectivamente, procedemos en última instancia de la oscuridad galáctica.
-Hay programas espaciales cuyo objetivo es colonizar planetas. Visto como hemos dejado el nuestro, ¿sería justo invadir otro?
-En llegar a Marte, que está aquí al lado, se tarda con la tecnología actual unos siete meses. La sonda espacial Voyager II se lanzó a mediados de los setenta y todavía no ha explorado el Sistema Solar al completo. Más vale que preservemos nuestro planeta antes que pensar en colonizar otros.
-Cuando escucha las noticias, ¿no cree que más desconocido que el espacio es el ser humano?
-Sin duda. Y además menos previsible. Hay dos armas poderosas para dominar los malos instintos del ser humano: la cultura y, como parte fundamental de ella, la ciencia. Si todos supiéramos en qué contexto universal estamos, relativizaríamos muchas cosas hasta hacerlas inocuas, como por ejemplo Dios, la religión y los nacionalismos. No nos dejaríamos engañar tan fácilmente por los que las esgrimen como espantajos.
-Según la ciencia venimos de las estrellas, pero ¿a dónde vamos?
-A las estrellas. Nuestro Sol, cuando le llegue su hora, o sea, cuando consuma su combustible nuclear, esparcirá parte de su riqueza al espacio y restará su cadáver que será una estrella enana blanca errante, que quizá resucite al encontrarse con otra estrella viva.
-¿Por qué es tan difícil mezclar ciencia y religión, entendida como la creencia de que hay una mente superior a la nuestra que puso el mecanismo en funcionamiento?
-Desde que se descubrieron las fluctuaciones cuánticas, es decir, excitaciones espontáneas del vacío, se justifica con fundamento experimental lo que le respondió Laplace a Napoleón cuando éste arguyó que notaba en sus cálculos y teorías una curiosa ausencia de Dios: "Sire, en ningún momento tuve necesidad de hacer uso de tal hipótesis". El conflicto, obviamente, está servido, más si en el caso de la religión, ésta está indisolublemente ligada al poder.
-¿En qué cree usted, rodeado de cifras y datos?
-En la Naturaleza y en los Derechos Humanos.
-¿Por qué es tan difícil de admitir en la comunidad científica que existe más vida que la nuestra en el espacio? ¿No podemos caer en ser iguales que los que juzgaron a Galileo, valorando según nuestras ideas el cosmos?
-Rotundamente no. Un científico no admite ni rechaza más que lo que los experimentos confirman. No hay indicios de que exista vida en otros planetas de otras estrellas, lo cual no quiere decir que no exista. Ningún científico lo afirmará ni lo negará. Sin embargo es lícito buscar y eso se hace con astucia y basándose siempre en lo que sabemos. Con el método científico, precisamente formulado por Galileo, jamás caeremos en las actitudes de quienes lo juzgaron.
-¿Puede imaginar la cuarta dimensión o sólo utilizarla como una teoría matemática? ¿Hay conceptos que sólo pueden visualizar algunas mentes?
-Cuatro dimensiones o más, no las puede imaginar ninguna mente, pero sí utilizarlas muy fructíferamente. Tampoco se puede "imaginar" una probabilidad y sí entenderla y manejarla; a la lotería de Navidad me remito.
-Los científicos que postulan la teoría del universo autoconsciente sostienen que la única manera de hacer el cosmos real es mediante la consciencia. ¿La existencia del universo está en nuestras manos?
-Desde el insensato Platón y su nefasto discípulo Aristóteles, se plantea la posibilidad de que el mundo material no exista y sea un producto de nuestra mente. No hay suficientes datos experimentales para negar tal cosa, pero la razón nos lleva por otro derrotero, ¿cierto?
LA TIERRA
-¿Cree que los descubrimientos científicos pueden cambiar al ser humano?
-Lo han cambiado tanto que transformó al mono en hombre. Estoy convencido de que fue una cavernícola la que le dijo a su pareja, de regreso de sus correrías tras los animales, que había descubierto que al chocar dos piedras se producían chispas, y que si no se andaba con ojo, podía meterle fuego a los yerbajos secos. 
Sin tener ni idea de para qué iba a servir aquello, ambos, por lo menos ella, intuyeron que aquello les iba a cambiar la vida. De ahí a la bomba atómica, el microprocesador y la ingeniería genética, los descubrimientos científicos no han hecho más que cambiar al ser humano y, sobre todo, a la humanidad en su conjunto. 
¿Qué descubrimiento considera que ha contribuido mejor a cambiar nuestra visión del mundo?
 -La evolución de las especies por medio de la selección natural de Darwin y Wallace. La demostración irrefutable de tal teoría deshizo la mayor y más relevante parte de la supuesta obra de Dios. Las fluctuaciones cuánticas del vacío, o sea, que puede surgir materia y/o energía de la nada de forma espontánea, hizo innecesaria su existencia.
¿Considera positivo reforzar este tipo de energía en los tiempos actuales?
-Siendo catedrático de física nuclear se puede suponer que estoy a favor de la energía nuclear por deformación, interés, o qué sé yo. Yo, de lo que estoy a favor es de reducir el consumo; de separar de una vez la supuesta curva de la felicidad de la del consumo de energía. Por debajo de ciertos umbrales, sí hay relación entre energía y bienestar, pero el derroche actual es una locura. 
Puesto que nadie plantea tal reducción, no hay más remedio que acudir a la energía nuclear, la cual tiene muchísimas más ventajas objetivas que el petróleo, el gas, el carbón, etc. No contaminan, el combustible está esparcido por todo el planeta y, si se llega al torio superando al uranio, aún será más abundante y barato. Además, es una tecnología muy segura (lo de Chernóbil fue más una consecuencia de la desintegración de la URSS que otra cosa). Si, para colmo de felicidad, se llega a controlar la fusión nuclear, pues tenemos garantizado un futuro espléndido. 
Está muy de actualidad el tema del retorno a la energía nuclear. ¿Considera positivo reforzar este tipo de energía en los tiempos actuales?
-Siendo catedrático de física nuclear se puede suponer que estoy a favor de la energía nuclear por deformación, interés, o qué sé yo. Yo, de lo que estoy a favor es de reducir el consumo; de separar de una vez la supuesta curva de la felicidad de la del consumo de energía. 
Por debajo de ciertos umbrales, sí hay relación entre energía y bienestar, pero el derroche actual es una locura. Puesto que nadie plantea tal reducción, no hay más remedio que acudir a la energía nuclear, la cual tiene muchísimas más ventajas objetivas que el petróleo, el gas, el carbón, etc.
No contaminan, el combustible está esparcido por todo el planeta y, si se llega al torio superando al uranio, aún será más abundante y barato. Además, es una tecnología muy segura (lo de Chernóbil fue más una consecuencia de la desintegración de la URSS que otra cosa). Si, para colmo de felicidad, se llega a controlar la fusión nuclear, pues tenemos garantizado un futuro espléndido.
-¿Cuál es su opinión sobre los residuos radiactivos?
-Se presentan como el gran inconveniente de la energía nuclear y yo sostengo que es una de sus ventajas, porque no se vierten a ningún lado al permanecer localizados y controlados, lo que no se puede hacer con ningún otro residuo de la industria energética. Se habla de que duran miles de años, y eso es aplicable a las pirámides de Egipto e incluso a la Giralda, que lleva casi mil años sobre un subsuelo fangoso y ahí está en pie. Los residuos radiactivos se incinerarán antes o después, porque las tecnologías que se están poniendo a punto para ello a base de transmutación nuclear no necesitarán ni un siglo para ser operativas.
-¿Es posible “mover” el mundo con energías renovables?
-Tal como lo concebimos hoy día, no. De las llamadas fuentes renovables de energía sólo creo en la hidroeléctrica, la solar y las que estén por desarrollar y descubrir, como el hidrógeno y la fusión. Pero la eólica es una engañifa que lo único que produce de manera estable son subvenciones; la biomasa, el etanol, etc., es más de lo mismo: quemar y quemar. Como ya no se pueden hacer más pantanos y para el hidrógeno y la fusión aún falta tiempo, hay que seguir investigando en el aprovechamiento más eficiente del Sol, pero mientras sería bueno que se construyera un número prudente y razonable de centrales nucleares de fisión.

http://www.revistafusion.com/2003/abril/entrev115-2.htm. 5 de septiembre de 2013