En 1964, Robert Wilson y Arno Penzias, dos ingenieros de la
compañía Bell Labs, andaban ocupados construyendo una nueva antena de
comunicaciones. Durante su trabajo, detectaron un ruido de fondo que no eran
capaces de eliminar y que no sabían de dónde procedía. Finalmente, aquella
radiación fue identificada como el fondo cósmico de microondas, una radiación
fósil que era como una especie de eco del Big Bang. El descubrimiento, que
mereció el premio Nobel, daba la razón a los científicos que habían defendido
la idea de que el universo comenzó en un pequeño punto extremadamente caliente
y denso desde el que se expandió.
James Peebles (Winnipeg, Canadá, 1935) fue uno de los científicos que había
predicho la existencia de aquella radiación de fondo. Poco antes del hallazgo
de los ingenieros de Bell, había planeado su búsqueda junto a otros
investigadores de la Universidad de Princeton (EE UU). Según el físico
canadiense, ni él ni sus compañeros expresaron decepción alguna por haber sido
adelantados en una carrera con el Nobel de fondo. “Lo que existía era emoción
ante los datos sobre el origen del universo que estaban allí para ser medidos y
analizados”, aseguraba en un artículo que recordaba el 50 aniversario del
hallazgo.
Durante los primeros tiempos tras la explosión inicial, el universo estaba
demasiado caliente como para que los átomos fueran estables. En ese entorno de
núcleos y electrones sueltos los fotones de luz no podían circulaban libremente
y el cosmos era como una sopa opaca. Pero cuando el universo tenía unos 380.000
años se había enfriado lo suficiente como para que se formaran átomos neutros y
los fotones empezaron a viajar libremente. El universo se hizo transparente.
Aquellos fotones entonces eran de altísima energía, pero ahora, 13.820 millones
de años después, se han enfriado en el universo en expansión hasta esa
temperatura equivalente de pocos grados kelvin de la radiación que Penzias y
Wilson descubrieron.
El descubrimiento del fondo de radiación de microondas, predicho por la
teoría del Big Bang, no solo convenció a la comunidad científica de la validez
del origen caliente del universo, sino que abrió las puertas a la búsqueda de
las fluctuaciones que más tarde crecerían para dar lugar a las galaxias y toda
la estructura a gran escala del universo, que se descubrió 30 años más tarde y
que nos está permitiendo hoy en día conectar el universo primitivo (la teoría
de la inflación) con el universo actual en expansión acelerada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario