La
ropa del futuro llevará incorporada sensores capaces de controlar nuestro
estado de salud. De forma inmediata, los datos se ta cualquier
dispositivo móvil, como un teléfono, para que las interprete un médico o el
propio usuario.
Los llamados tejidos inteligentes están
viviendo en los últimos años una gran transformación gracias a los avances en
nanotecnología. Y si ya existen prendas con sensores físicos, capaces de medir
la temperatura corporal, el ritmo cardiaco o la tensión, el reto ahora es
desarrollar detectores químicos que puedan analizar los fluidos corporales,
como el sudor y la orina. El investigador argentino Francisco Andrade lidera un
proyecto en la Universidad
Rovira i Virgili(URV) para crear un tejido inteligente con
sensores químicos que, según asegura, podría estar en el mercado en menos
de cinco años.
Para Andrade, se trata de un campo en
el que queda mucho por explorar: "Con una red de información que abarca ya
casi todo el planeta, lo único que falta es obtener información directamente
del mundo físico. Podemos enviar imágenes e información, pero si somos capaces
de incorporar sensores en la vida cotidiana se puede transformar el
planeta en un lugar inteligente", señala en conversación telefónica con
este diario.
Pañales con sensores
La ropa que incorpore sensores químicos
será útil para deportistas y para cualquier persona que quiera controlar su
estado de salud. Pero también puede ser una nueva herramienta para vigilar el
estado de los bebés. El grupo de investigación de Quimiometría, Cualimetría y
Nanosensores de la URV
del que forma parte Andrade trabaja también en el desarrollo de pañales con
sensores químicos de creatinina (para analizar la orina) y sensores de trombina
(que detectarán sangrados y otras biomoléculas).
Una fibra de algodón teñida en una solución de nanotubos de carbono.
El sistema alertará a los padres si los
resultados sugieren que puede haber algún problema de salud. El precio de estos
pañales, que serán desechables, no será un obstáculo, según Andrade, pues el
coste de fabricación de los sensores será muy bajo.
La clave está en los nanotubos de
carbono. Las fibras de algodón se tiñen en una solución elaborada con una
pequeña cantidad de este material, de modo que la prenda conduce la
electricidad. Después, se recubre con una membrana polimérica (una especie de
barniz con receptores químicos).
De esta forma, el tejido es capaz de detectar
las sustancias presentes en el sudor o la orina. Cuando localiza una sustancia
en concreto, se genera una señal eléctrica que es monitorizada: "Funciona
como una neurona", resume Andrade. Por ejemplo, los datos recabados por el
pañal podrían ser enviados al móvil de los padres.
Nanotubos de carbono
Los nanotubos de carbono que se
utilizan para elaborar el tinte son estructuras compuestas exclusivamente por
átomos de carbono que combinan una serie de propiedades mecánicas y
eléctricas inusuales, lo que los convierte en una herramienta muy útil para
fabricar nuevos dispositivos y materiales. Se trata de tubos con un diámetro de
apenas un nanómetro, es decir, un millón de veces más pequeño que un milímetro.
Es el material más duro que se conoce, capaz de soportar cargas muy pesadas y
de resistir densidades de corriente eléctrica muy superiores a los cables de
cobre.
El investigador subraya que el objetivo
a la hora de desarrollar textiles inteligentes no es sustituir a los análisis
clínicos tradicionales ni a los médicos, sino ofrecer una nueva
herramienta para detectar de forma precoz cualquier problema de salud.
Tejido teñido con nanotubos de carbono. Universidad Rovira i Virgili (URV)
Desarrollar sensores químicos es una
tarea compleja y aún quedan obstáculos tecnológicos por resolver. Por
ejemplo, los científicos investigan un método para lavar estos tejidos sin que
pierdan sus propiedades. La solución que han encontrado, de momento, es
introducir el nanosensor en tiritas, que son colocadas en la prenda. También
pueden colocarse en un botón de la ropa.
El investigador cree que en el futuro se
podrán llegar a medir moléculas biológicas, lo que permitirá, por ejemplo,
vigilar a distancia el estado de salud de un soldado. Sin embargo, se muestra
cauto a la hora de dar plazos para la comercialización de estas prendas: "Hay
que diferenciar entre lo que es tecnológicamente posible y lo que va a llegar
al mercado", matiza. "Con fibras textiles inteligentes se puede confeccionar
una chaqueta con un aspecto convencional que lleva instrumentos de laboratorio.
Prácticamente te podrás vestir con un ordenador", asegura.
http://www.elmundo.es/elmundo/2012/05/03/nanotecnologia/1336065302.html
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