Una
hipótesis muy interesante surgida en la segunda década del siglo pasado es la
llamada singularidad tecnológica. Probablemente hayas oído hablar de ella como
una teoría que plantea la aparición en el futuro de una inteligencia superior
a la humana como consecuencia del acelerado desarrollo de la tecnología. Y
seguramente también te has preguntado de dónde viene esta idea y cuáles son sus
posibilidades de realización.
Hoy
intento contarte su origen y razonamientos principales, mientras pensamos
juntos si es simplemente un tema de fantasía más o en realidad la singularidad (a
secas, como también se le llama) pudiera aparecer en el futuro de nuestro
planeta.
Teoría de la singularidad tecnológica
Según
esta hipótesis, el desarrollo avanzado de nuestra civilización y, por tanto, de
la tecnología,
conducirá inevitablemente a un punto en el cual surgirá una inteligencia suprema
cuyo pensamiento y recursos tecnológicos serán esencialmente distintos y
superiores a los que conocemos en la actualidad. Así pues, serán inentendibles
por las generaciones previas.
La
teoría plantea que los cambios serán tan profundos que toda la sociedad, a su
vez, se transformará: la economía, la política, la manera de comprender la
realidad e incluso hasta nuestros propios cuerpos. El nivel de procesamiento mental
será tan alto que parecemos seres medievales a los ojos de los individuos de esa
nueva civilización.
El
nombre de la hipótesis se corresponde con la singularidad cuántica, según la cual
en los agujeros negros existe una singularidad gravitacional tal que las leyes
de la física dejan de ser válidas y, en consecuencia, ningún evento puede
predecirse.
Origen de la singularidad tecnológica
Aunque
en los años 50 y 60 ya algunos pensadores habían adelantado la idea de una
singularidad en el desarrollo tecnológico, no es hasta los 80 que se hace
popular el término en la voz de un matemático y escritor de ciencia ficción de
nombre Vernor Vinge,
quien comienza a desarrollar la idea de que el ser humano crearía inteligencias
superiores a las humanas.
En
los 90 Vinge lanza un artículo en Internet que plantea la aparición futura de
una inteligencia
superhumana que acabará con la era de los hombres. Las vías
para ellos serían:
- Desarrollo de ordenadores superinteligentes
que superen nuestra capacidad intelectual.
- Surgimiento de
grandes redes
computacionales que funcionen como redes neuronales
de un gran cerebro rector supra inteligente.
- Interacción tan estrecha
entre seres humanos y ordenadores de modo que los primeros podrían llegar
a tener capacidades computacionales elevadas, por encima de las humanas.
- Manipulación
genética tan avanzada que se podría hacer seres humanos con
capacidades cualitativamente superiores.
Otros
pensadores notables, como Raymond
Kurzweil, han sugeridos patrones exponenciales de progreso tecnológico y han
comenzado a desarrollar proyectos para educar a especialistas que pudieran
entender y facilitar el avance tecnológico y ayudar a enfrentar los grandes
desafíos que dicha transición supondrá para la humanidad.
Tecnología necesaria para la
singularidad
Hay
dos grupos de tecnología que los defensores de la singularidad proponen como
caminos por los cuales se llegará a tal grado de desarrollo intelectual:
Inteligencia artificial
Según
los pensadores, cuando el ser humano cree una nueva forma de vida inteligente,
la llamada inteligencia artificial (IA) nuestra comprensión de nosotros mismos
como seres pensantes cambiará, así como la que tenemos de los fenómenos del
universo.
Por
otra parte, la IA
desarrollará tecnologías avanzadas con mucha mayor rapidez que nosotros. De ahí
que la civilización comenzará a cambiar radicalmente a velocidad acelerada. Los
robots serían el ejemplo de este tipo de inteligencia que podría procesar y
realizar cualquier tarea, más allá de las posibilidades de los humanos.
Máquinas de replicación molecular
La
idea de esta tecnología es construir máquinas que manipulen la materia a nivel
subatómico, de modo que la realidad pueda ser controlada de muchas maneras,
entre ellas los genes de los individuos. A su vez estos equipos podrían pensar
y trabajar por sí mismos.
Aparición
de la singularidad tecnológica
Por
razones obvias, no hay una fecha exacta para la cual se prediga la singularidad tecnológica.
El progreso tecnológico se produce a grandes saltos y depende de un sinfín de
variables no necesariamente predecibles. Además la llamada singularidad
llegaría como consecuencia de un proceso paulatino que aglutina muchos otro
subprocesos.
Sin
embargo, en el 1992 Vinge consideraba que en 30 años habría inteligencia
artificial. Otros científicos, por el contrario, consideran que la singularidad
llegará dentro de muchas décadas. Más allá de las diferencias de perspectiva,
lo que sí parece claro es que cualquier avance en el área de nuevas formas de
inteligencia tardará aún mucho tiempo.
Oposiciones a la singularidad tecnológica
Las
teorías futuristas
como la singularidad tecnológica son defendidas por muchos partidarios, pero
también tienen sus detractores. Muchos científicos, como Roger Penrose,
consideran que ninguna máquina o inteligencia artificial que se cree podrá
jamás superar el intelecto
humano.
Otros
consideran que una civilización, una vez alcanza un desarrollo tecnológico tan
acelerado, que agota sus recursos ambientales ―como ocurre con la nuestra―
tiende necesariamente al colapso social y a una regresión en la tecnología.
Habría pues un declive y nunca sucedería el momento de supremacía intelectual
predicho.
En
cualquier caso, la discusión está aún en el plano de las hipótesis y las conjeturas.
Tanto quienes apoyan y consideran viable la singularidad, como aquellos que
fervorosamente niegan la posibilidad de que aparezca una entidad
intelectualmente superior a la nuestra tienen demasiadas variables en su contra
como para asegurar o predecir con un rango amplio de probabilidad si las
máquinas alcanzarán un desarrollo altamente inteligente.
Por el momento, la singularidad tecnológica
continúa siendo una teoría más, fascinante sin duda, pero cuestionable. Aun
así, considerando el avance de la ciencia y siendo optimistas, no sería
descabellado imaginar un mundo poblado por seres mejor adaptados social y
biológicamente con capacidad para comprender la realidad y, a la vez, proteger
su planeta, sin importar si son artificialmente inteligentes o genéticamente
más desarrollados.
http://www.ojocientifico.com/3685/singularidad-tecnologica-fantasia-o-realidad
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